Así pasó el mes, llegó el hermano del Sr. Robert (padre de Lucas) y con Lucas éramos muy buenos amigos; todos en la casa nos molestaban y siempre terminábamos gritando que no éramos nada.
Jhan Carlos era mucho más joven de lo que creía, era un año mayor que mi madre según lo que calculé.
No me agradó, a mamá tampoco; pero las cosas estaban arregladas y en pocas semanas se casaban.
Cada cosa yo se lo contaba a Lucas, se había convertido en mi confidente, mi mejor amigo, un hermano.
Pasaron dos días y alguien llegó en una limusina, era otro personaje de la familia Mcglaghwen, pues en la patente del vehículo estaba escrito "Macglaghwen". Se bajó un chico, de la edad de nosotros (los jóvenes), Lucas miró sorprendido, entusiasmado, con desagrado y por último, con ira.
Mientras mirábamos por la ventana no evité el hablarle...
Claudia: ¿Qué sucede Lucas? ¿Quién es?
Lucas: Mi primo, Benjamín.
Claudia: Y... ¿Por qué esas miradas?
Lucas: Nos odiamos desde.... desde siempre.
Claudia. ¡OH!
Le planté una mirada de "¡QUÉ ONDI TU!"
Lucas: ¿QUÉ?
Sentimos el sonido de la puerta abriéndose, Benjamín había pisado la casa.
Lucas me susurró en el oído que no me acercara mucho a Benjamín, que me quedara atrás de su espalda, yo obviamente no le iba a hacer caso, y saludé a Benjamín como se correspondía.
Claudia: Bienvenido, soy Claudia Vallejos. Hija de Yollanda Vallejos.
Estiré mi mano esperando a que él la apretara.
Benjamín: ¡Qué extraño que tu madre tenga el mismo apellido de tu padre, ¿no?!
Bajé mi mano, y corrí, debí haber hecho lo que Lucas me dijo.
Benjamín: Lucas.
Lucas: Benjamín.
Solo eso se dignaron a decir.
Lucas: ¡¿VES AHORA POR QUÉ TE LO DECÍA?! ¡NO CUESTIONES LO QUE TE DIGO CON RESPECTO A ÉL, ¿ESCUCHASTE?!
Claudia: si.
En ese momento Lucas me dio un abrazo como nunca lo había hecho, sentí en el que en verdad me quería, y lo aprecié.
Fuimos a la habitación y nos sentamos en el borde de mi cama. Conversamos de todo y de todos. La estábamos pasando muy bien, pero un silencio de pronto apareció entre nosotros dos.
Nos miramos, observamos cada pestañeó del otro, cada detalle.
Y nuestra cara se acercaba a la del otro, rozamos los labios... Estábamos completamente cegados por el deseo.
Iba a suceder, cada segundo contaba, y nuestros corazones latían al mismo tiempo...
Se acercó más a mí, y ...
Yollanda: ¡CLAUDIA!
Sentí que venían esos gritos que irrumpieron la paz de la habitación, sólo nos miramos y nos tornamos de un color rojizo.
No quize volver a mirarlo, que nerviosa estaba, las piernas me tiritaban... No sabía que hacer.
Claudia: ¿Qué mamá?
Yollanda: Vamos, ayúdame con el vestido, vamos a escoger el color.
Me monté en el auto con mamá, miré hacia la ventana de mi cuarto, y ahí estaba Lucas, riendo humildemente y mirando como el vehículo se iba.
Que inoportuna la mamá!!! ubiese sido lindo que se besaran, pero ubiese sido mas lindo que tuviera imagenes!!bueno bueno, tendre que esperar, muy buen capi!
ResponderEliminarSaludos
Nany