Dulce locura, cap. 10: Un nuevo lugar

La pobre Stephanie ha vuelto a tener problemas y nos volvemos a quedar sin imágenes, ¡ánimo guapa!

Día 2
Narradora Claudia.

Mi tío Vladimir, que se ha ausentado por unos días llegó finalmente a su casa de veraneo; pero esta vez decidido a cerrarla. A cambio nos ha regalado hospedaje en un hotel 5 estrellas en Punta Brava.

Tuvimos que empacar, TODAS NUESTRAS COSAS y salir de la casa...
A petición de mi hermoso tío (estoy siendo irónica) con Benjamín estamos a cuatro habitaciones.
Obviamente que no podíamos dormir juntos, pero lo que más me molesta es que lo pidió con tantas ganas; al final yo me entiendo.
A Benjamín lo dejaron en la misma habitación con Lucas, por lo que veo las cosas no van muy bien entre esos dos.
Aproximada mente a las 18:00 horas. Benjamín fue a buscarme para salir a dar una vuelta por los Prados Verdes, un campo que se ubica entre nuestro hotel y el bosque.
Benjamín: ¿Lista?
Claudia: Dejadme ir a buscar una bufanda, nunca pensé que haría frío.
Benjamín: Te espero en el Hall
Claudia: Está bien.
Fui a buscar mi bufanda cuando Benjamín se paró en la puerta, solo vi su sombra; pues yo estaba de espaldas.
Claudia: ¿No dijiste que ibas a esperarme abajo?
...: Creo que nunca lo he dicho.
La voz del sujeto me dejó helada, no era Benjamín. Inmediata mente me volteé y vi a una chico de estatura alta, ojos celestes y cabello rubio. Su piel era demasiado blanca y traía un acento proveniente de otro país, un acento difícil de reconocer.
Claudia: Permiso, tengo que salir.
Cerré la puerta con triple llave y salí del pasillo casi corriendo. Pero este chico insistió en hablarme.
...: Mi nombre es Clark, me gustaría saber el tuyo ¿se puede?.
Claudia: mm... ¿sabes? mi novio me espera abajo y ya me e demorado demasiado... otro día hablamos ¿está bien?.
Clark: Creo que no respondiste a la pregunta.
Tuve que responder si no quería llegar hasta el mismo hall con él tras mío.
Clark: Mucho gusto... Claudia.
Llegué a destino y Benjamín tomó mi mano, muy pocas veces lo hacía y esta vez me pareció tan raro como las otras.
Caminamos, corrimos y saltamos; éramos verdaderos niños jugueteando por los prados.
Nos recostamos en el pastizal verde y comenzamos a mirar las nubes. Yo imaginaba que solo en las películas sucedía todo esto.
Benjamín: No pude evitar ver que un chico te perseguía cerca de tu habitación.
Era como si una fuente de agua fría me bajara por la espalda, como si me hubiesen descubierto en algo realmente malo.
Claudia: Creo que se llamaba Clark o algo así.
Benjamín: ¿Te presionó mucho a darle tu nombre?
Claudia: ¿Cómo sabes que le dí mi nombre?
Benjamín quedó en silencio, ¿Cómo rayos sabe lo de mi nombre?
Claudia: Benjamín... ¿me estás espiando?
Benjamín: Claudia, te juro que pensé que harían algo malo.
Claudia: ¿"Harían"? tu desconfías mucho de mi a tu parecer
Benjamín: Haría... Claudia por favor no desconfío de ti, desconfío de él.
Claudia: ¿Lo conoces?
Benjamín volvió a quedar en silencio, sé que algo estaba ocultándome; sin embargo no insistí en una respuesta.
Claudia: Benjamín... te amo y lo sabes.
Lo besé y no se opuso. Tendidos en la loma nos quedamos por unas buenas horas.

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